Cantan jubilosos los grillos como preludio de día caluroso, en el cielo azul las nubes construyen sus efímeros castillos en el aire, como los del no tan niño de átomos de arena en la playa acrisolada.
Las “alborzas”, coquetas, en el ribazo del olivar, se pintan con delicadeza los labios con carmín. Las espigas entran y salen en la fragua del sol, sedientas piden a las nubes que las rocíe con su regadora de hojalata bajo el enigmático arco iris, para que el dorado termine con el sello de la forja de la mano del distinguido herrero.
José mariano seral
Último día de poda
Comentarios desactivados en Último día de poda