Archivo por meses: septiembre 2020

A por nueces

      Comentarios desactivados en A por nueces

Parecen meditabundas en el anfiteatro de las copas, como si recitasen poesía de la biblioteca de sus hojas mecidas por lira de la brisa. Bajo el caparazón dormita el árbol niño, contorsionado como si fuese el vientre materno, en los repliegues de abanico intelectual atesora el código: “de la vida continua”. j. mariano seral

Ser un poco hormiguita

      Comentarios desactivados en Ser un poco hormiguita

A pesar del prematuro frío otoñal, la hormiguita no se amilana y sale al amanecer  a recoger afanosa granito a granito el trigo que al labrador se le ha desperdigado, como si fuesen las espigadoras de antaño. Levantan sus antenitas cuando las observo, están alegres, hoy han tenido suerte. Sin railes, sin cordeles, desciende por la hendidura excavada en el… Leer más »

Lluvia de otoño

      Comentarios desactivados en Lluvia de otoño

El rastrojo endurecido por el abrazo del sol estival que le negó un buche de la cantimplora, tornándose en dehesa de grillos, recibe con alborzo la lluvia de otoño tamizada por la hoja caduca ya amarilla, que ablanda el corazón del campo dejándolo sazonado. La reja acerada envalentonada entra en el rectilíneo surco ya dócil. El viejo brabán Ajuria desde… Leer más »

La fragua

      Comentarios desactivados en La fragua

Cuando tan solo era un niño, rememoro haber acompañado a mi padre en las ocasiones que acudía a la herrería,  yo me quedaba fascinado al contemplar como la reja del arado, se tornaba en candentes tonalidades rojizas y amarillas, como si fuesen los labios de un volcán atildados con carmín de lava, al permanecer en la fragua entre los incandescentes… Leer más »

Despoblación

      Comentarios desactivados en Despoblación

En una mañana soñolienta otoñal, tras el cristal de la escuela atrona la voz del silencio. Lame el Sol con su lengua de trapo las lágrimas de la soledad, que deja la noche escarchada sobre la teja amarilla de barro cocido. El encerado de verde cetrino descascarillado sobre la pared de salitre y la tiza blanca, yacen encuadernados en el… Leer más »

La vendimia

      Comentarios desactivados en La vendimia

Esferas líquidas arracimadas, insufladas por los labios del sarmiento con templanza, elegantes como maniquíes eclécticos  de cristal de Murano en la vitrina del escaparate de alta joyería. Impregnan mis manos con un magnetismo dulzón que desposa cada dedos con el contiguo. La fragancia a mosto remolonea en la mecedora de los pámpanos como el vuelo de la libélula entre el… Leer más »

La Sierra Guara

      Comentarios desactivados en La Sierra Guara

La Dama yace recostada sobre las cumbres calizas de la Sierra, dormita como la princesa hechizada arropada por el liviano edredón algodonado. En la noche soñolienta desde el ático de la cima admira a Casiopea. Al alba los clarines centelleantes tañen presurosos a amanecer, como las campanas del monasterio tocan a maitines. La Dama sonriente, agradecida por el nuevo día,… Leer más »

La era y el pajar

      Comentarios desactivados en La era y el pajar

Gira y gira la parda mula en la era, trilla la espiga preñada, como el caballito de madera del carrusel desgrana la sonrisa en los inocentes labios del niño en una tarde de domingo. El almiar contempla con su ojo de cíclope a su pareja de yunta en la labranza. El labrador lanza al viento la parva con la horca… Leer más »

Compás de espera

      Comentarios desactivados en Compás de espera

Hoy sobre el cielo benévolo cientos de nubes al trotecillo, como pequeños burritos con sus albardas, sobre las que se equilibraban las “algaderas” con sus cántaros de barro, como si fuesen aguadores, saciaban la sed de los olivos, de los almendro, de los membrilleros…Tocaba esperar a que escampase para poder ir a coger almendras, mientras, yo remendaba la epidermis del… Leer más »

Más feliz que una perdiz

      Comentarios desactivados en Más feliz que una perdiz

Todas las mañanas, Clotilda, colocaba con sus manos octogenarias con movimientos tardos, una hojita de lechuga fresca entre los finos alambres de la jaula. Pinta, la perdiz, la picoteaba con gran alborozo, como si fuese un exquisito manjar. Un buen día Pinta dejo de canturrear, Clotilda y la perdiz se miraron a las pupilas líquidas y al verla tristona le… Leer más »

La buena suerte

      Comentarios desactivados en La buena suerte

Chapado a la antigua me aferro al suave tacto del papel en la yema de mis dedos, a escuchar el sutil abrazo de la página par con la impar al pasar de hoja, sostener en mis manos el peso de millares de palabras ordenadas en frases, párrafos, capítulos, con su fragancia a tinta impresa. Disfrutar en una cálida tarde de… Leer más »

El ojo de la cerradura

      Comentarios desactivados en El ojo de la cerradura

Parpadea el ojo de la cerradura, el sol del atardecer traza la línea divisoria entre el trino de la golondrina y la métrica pareada del búho. Eco metálico de esquilas y cuartizos  entre las callejuelas empedradas, aroma a tomillo y espliego en las hebras de lana del rebaño de ovejas. Los dedos curtidos del pastor abren la aldaba de la… Leer más »

Parajes singulares

      Comentarios desactivados en Parajes singulares

Siempre me complació admirar este paraje, esta vocal de piedra arenisca enclavada  en un anacrónico texto de serpenteantes caminos agrícolas. En la época de la cultura de la piedra recayó sobre su lomo la tilde. De niños jugábamos a guarecernos en su interior como si fuese el vientre materno. Hoy me intereso por su historia escrita en su piel tachonada… Leer más »

La casa del labrador

      Comentarios desactivados en La casa del labrador

Bisagras que encuadernan un poemario sin hojas, tras la solapa de la portalada el zaguán como buen prólogo desvela la bucólica vida del labrador, hebras de mies en el filo de la guadaña, sigilosos aromas estacionales a manzanilla, a pomas, a membrillo … Me arrimo al malecón de la cadiera donde se escriben refranes y dichos al amparo del cálido… Leer más »

La recogida del fruto

      Comentarios desactivados en La recogida del fruto

Mis padres, mis abuelos, fueron labradores; eran otros tiempos, eran economías de autoconsumo, se laboreaba un poco de cada cultivo. Todo se aprovechaba, nada se desdeñaba. Mis padres vivieron la mecanización del campo, ese paso de la economía de subsistencia, a la economía capitalista, en la cual era necesario obtener unos beneficios, una rentabilidad. Por tradición, por apego a mis… Leer más »