Imagen: elbicnaranja
Desde mi habitación escuchaba el tintineo amortiguado de la cucharilla en la loza disolviendo el azúcar en el tazón de leche.
Mi mamá entró en mi cuarto y abrió las contraventanas:
-¡Venga gandul levántate! ¡Es hora de ir al colegio!
Yo me parapeté tras un gurruño de sábanas. Pero mi estrategia de hacerme el dormido no funcionó muy bien y al final no me quedó otro remedio que ir a clase. Ahora me alegro. Mary, la maestra, nos enseñó a hacernos unas máscaras. Nos dio a cada uno un globo, el mío era amarillo, bueno a mí me tuvo que ayudar a hincharlo. Luego nos entregó unas tiras de recortes de periódico que fuimos pegando con cola sobre el globo. Mientras esperábamos a que se secase, jugamos a la comba cantando: “al pasar la barca…”
Mary me hizo los orificios de los ojos y de la boca, yo luego los pinté con acuarelas. ¡Nunca pensé que en el colegio lo fuese a pasar tan bien! Hemos tenido suerte, nos ha tocado una buena profesora. Ella sabe que a escondidas la llamamos Mary Poppins. Se empezó a dar cuanta cuando entraba por sorpresa en clase y nos pillaba cantando: “Supercalifragilisticexpialidocious y …”
j. mariano seral