Tararea el colegio con voz de eco de pasillo, sonriente, al ver caer la hoja del calendario del mes de agosto, tal vez con una migaja de sorna: “Triste y sola se queda la escuela…” Echa de menos las conversaciones solapadas unas sobre otras en el recreo, como una torre de Babel … Entre las canastas y las porterías, a la fachada se le pone la misma cara de entusiasmo que al niño al iniciar sus vacaciones, ante la vuelta de los alumnos al colegio.
Tras la cancela bajo la piel del recuerdo en un retrato en blanco y negro, el patio engravillado, dividido como Villa Arriba y Villa Abajo. La tiza blanca, se quedó al resguardo del sol de la playa, recitando tal vez “La vida es sueño” de Calderón de la Barca. La voz sorda de una de las ventanas apostilla a través de los labios de la persiana: “unos se cumplirán y otros…”
José mariano seral
Tiza blanca
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