Primeras herramientas

Admiro esos troncos de los olivos con su corteza contorneada por los pliegues, como la delicada piel del abuelo centenario.
Cada vez que voy al olivar no me canso de escudriñar  entre sus recovecos, como si fuesen el baúl olvidado en un rincón del desván, en el cual dormita un jirón de historia bajo una fina cutícula polvorienta. Algunas veces la sonrisa en mis labios frente al hallazgo de un fragmento de una herradura oxidada. El sábado pasado al finalizar de varearlo, al recoger con la yema de mis dedos las  olivas desperdigadas entre los canalillos del leño, como si fuesen profundos barrancos y cañones  de la Sierra con sus pozas, encontré una porción de un hacha de piedra pulimentada. Pastor y labrador, fueron de las primeras profesiones del hombre, que siempre utilizó su ingenio, este tipo de herramientas las usaban para desforestar de maleza el terreno antes de que fuese olivar.
José mariano seral