Platero levanta sus pupilas azabaches en un movimiento a cámara lenta, bajo el membrillero de ramitas nudosas que se visten de primavera, me parece ver un esbozo de su sonrisa en su hocico, mientras contempla como hiendo el filo acerado de la azada con delicadeza entre mata y mata de las patateras, el azadón da sabrosos bocados a la corteza del vallo, cruje como la hogaza recién hornada, queda al descubierto la tierra suelta, la mata liberada del grillete que la retenía crecerá bajo la fina lluvia de mayo. En el aire almizcle a tierra renovada, como aroma a versos recién encuadernados.
Maigar patatas
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