Coscullano

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Una mañana en el huerto
Despojar a las cepas del abrazo de las gramíneas,
la tijera de labios afilados cercena los sarmientos
que como funambulistas avanzan por la sirga de alambre,
la partitura de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi
encienden el latido del campo.
j. mariano seral.

 

 

 

 

El copo escarchado
y el pétalo de almendro
se funden en un efímero beso
sobre la línea caliza del horizonte.
j. mariano seral