Dormita el gatito, camaleónico, bajo la suave caricia del tibio sol de otoño, al escuchar el eco quedo de mis pasos, interrumpe su mutismo, su parpadeo soñoliento le delata. Por unos instantes me pregunto si su pelaje ha adquirido los matices cobrizos de los sosegados pámpanos, del muro, con una nube blanca en torno a sus bigotitos, como una máscara veneciana, para completar su camuflaje como si fuese un insecto palo entre sarmientos.
José mariano seral
Camaleonico
Comentarios desactivados en Camaleonico