Parpadea el ojo de la cerradura, el sol del atardecer traza la línea divisoria entre el trino de la golondrina y la métrica pareada del búho.
Eco metálico de esquilas y cuartizos entre las callejuelas empedradas, aroma a tomillo y espliego en las hebras de lana del rebaño de ovejas.
Los dedos curtidos del pastor abren la aldaba de la puerta del aprisco, ya en manos de la luna blanca.
Los últimos destellos tamizados por las nubes que recitan versos cárdenos echan el cerrojo al ayer.
j. mariano seral
El ojo de la cerradura
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13 septiembre, 2020 Comentarios desactivados en El ojo de la cerradura