Día de poda

      Comentarios desactivados en Día de poda

Amanece el campo con ese frágil envoltorio de finos cristalillos con sus caprichosas formas geométricas, que tejen la Luna blanca con seda escarchada bajo el candil de Casiopea. El Sol sonriente lo abre como si fuese un regalo en las manos de un niño, deja a la vista los sembrados irisados, como si los hubiese regado el hombre de hojalata con una regadora de zinc, los robles con sus hojas doradas, como oropeles en el lóbulo de la oreja de la dama. En lontananza una mar de nubes encalladas en las tierras bajas, como un canto de sirenas ofrecen un Sol radiante perenne.
José mariano seral