Abro la puerta del hortal sorprendo a la minglanera y a la vid en animada conversación, aunque más bien parece la ópera de las costureras, entre la voz de soprano y mezzosoprano la coma del canto del cuco. La minglanera: – Con afilada aguja y dedal bordo pétalos con seda carmesí sobre el boceto de corona de rey, rompiendo la… Leer más »
Desnudar las paredes de la vieja casa del pueblo en su piel la bucólica historia familiar de labranza. En su piel la damajuana con el almizcle a dulce de membrillo, a mostillo, a camomila, que borbotean a fuego lento en la cocinilla de leña. En su piel el álbum de retratos en blanco y negro, mi abuelo desgranando la mazorca… Leer más »
La lluvia domestica la tierra endurecida bajo el yunque del sol, la reja acerada entra en el surco “temperoso”, abre con delicadeza la damajuana del almizcle a tierra recién arada. El patatal con sus flores al viento atesora su fruto bajo la coraza del “vallo”. La minglanera se engalana con sus pétalos de carmín, en lontananza te susurra: “admírame”. José… Leer más »
Las golondrinas han abandonado sus nidos de barro revolotean por las calles del pueblo con sus quiebros y requiebros. Una de ellas se posa en el alfeizar de mi ventana sus alegres trinos son el preludio de un nuevo día. La contemplo tras la celosía de la persiana. Son los sonidos del campo que cosen la noche con el día… Leer más »
En el hortal entre el olivo niño y el nogal padre ya floridos, el viento trajo en su galeón de remos de cierzo la semilla de esta bella flor, que cose el epíteto violeta con la guja líquida de tinta de savia. José mariano seral
El sarmiento hijo de la vid derramó una lágrima de savia en su parpado nudoso en la poda. Lo planté en febrero en tierra fértil a repique metálico de azada, hoy luce una sonrisa coqueta en los labios de sus pámpanos que le dan vida. José mariano seral
Es la eterna amante del trigal, desde el ribazo tira piedrecitas a la ventana de su amada, mientras danza el vals de las amapolas le lanza besos de carmín al viento. El labrador vigilante le impide la entrada a su morada, sabedor que las espigas sucumbirán ante la seductora amapola con su canto de sirena. José mariano seral
Platero levanta sus pupilas azabaches en un movimiento a cámara lenta, bajo el membrillero de ramitas nudosas que se visten de primavera, me parece ver un esbozo de su sonrisa en su hocico, mientras contempla como hiendo el filo acerado de la azada con delicadeza entre mata y mata de las patateras, el azadón da sabrosos bocados a la corteza… Leer más »
Hoy ha emprendido el último viaje, el de equipaje ligero como decía Machado en sus versos, Don José María Aso, el que fue durante varias décadas el párroco de Coscullano, Sipán, Loscertales y La Almunia (entre otras ocupaciones). Una persona buena, humilde, sencilla, polifacética, siempre estuvo con la gente en los momentos de alegría y en los de dolor y… Leer más »
Podar las parras acodadas sobre el muro pétreo del huerto. Plantar el sarmiento de la vid del corazón más dulce en tierra fértil para que se multiplique su fruto, como lectura del buen libro que crece en las mentes de los lectores. José mariano seral
Caminar sobre la tierra mullida del olivar, que dejó el hielo con sus burbujas de iglú, como levadura en la hogaza recién horneada. Al mirar atrás las huellas del pasado en los anillos del tronco del olivo, que escriben el presente.
Crece en su casita de barro desgaja sus pensamientos en su cabecita cobijada bajo tierra. José mariano seral
Como sílabas de verbo conjugan el parpadeo de la primavera amarrado por hebras escarchadas de las pestañas tras el sueño invernal. José mariano seral
Déjame ser libre en mi burbuja de niñez, quiero soñar que mis pensamientos son nubes de átomos líquidos que viajan por el mundo en un galeón que cruje con una lluvia de buenos deseos en sus bodegas como los que compartes el día de Año Nuevo tras las doce uvas, que calen a la humanidad como el chirimiri la tierra… Leer más »
Entornan los pétalos la ventana de la flor ante la dama de labios escarchados. Al amanecer el Sol la corteja, tira piedrecitas irisadas a su balcón. José mariano seral
Hiende el filo acerado del pico en la tierra reseca del camposanto, soñoliento bosteza bocanadas polvorientas. Se desmiga el hueso del cráneo anónimo que se funde con la tierra, como el atardecer en el crisol de la mar. Al pie de la fosa se teje el manto replegado que arropará el esqueleto, del cual se despoja el alma en su… Leer más »
Deja la huerta un folio sin versos entre la portada de diciembre y el prólogo de febrero, como la primera página de un poemario. El relente con sus labios escarchados une átomo a átomo la tierra fértil, con el mismo ímpetu que el herrero remacha sobre el yunque la reja candente acerada sobre la vertedera. En el invernadero colindante sopa… Leer más »
¡Uff, otra vez 14 de febrero, qué pereza! ¡Pero qué pesados qué son! ¡Cuántas veces les voy a tener que repetir qué no soy Cupido! ¡A ver! ¡Silencio! ¡Agudizad bien el yunque de vuestros oídos, que no lo repetiré más! ¡Soy Diana! No os puedo prometer un corazón enamorado, pero sí la Luna blanca, pora eso soy su Diosa –… Leer más »
En el invierno marchito cosechan con algarabía la pupila los colores amarillos y naranjas de los pétalos escarchados en el ribazo del huerto. Como gondoleros de la Plaza de San Marcos embarcan tu sonrisa por los canalillos de tus mejillas. José mariano seral
Abrir el portón del poemario locuaz del huerto, nacen los ajos que sembré con la yema de mis dedos ya hace un mes, silabean alegres con sus labios de clorofila sobre el verso del surco, recitan poemas encuadernados por la umbría escarchada del lomo del muro, entre las hojas secas arremolinadas de los sarmientos el membrillero manuscribe en el ribazo… Leer más »
Sueños de niño envueltos en papel de regalo, los deditos de Tristán rasgan el envoltorio como si fuesen las palmas de Eduardo Manostijeras. Chispitas, la gatita, también se siente afortunada, juguetea con sus patitas con el gurruño de papel desmenuzado como si fuese una pelota de goma, mientras, Tristán estrena sus gafas de realidad virtual. Tristán que es agradecido, quiere… Leer más »
Balan las ovejas como un coro de sopranos en una ópera de Verdi al ver aproximarse a Daniel, su pastor, a través de la cancela acerada del redil. Ya estaban en preaviso, conocen el sonido ronco del motor de su Citroën C4, que llega con sobrealiento al ascender por el último repecho. Entre silbidos y sonidos guturales les abre el… Leer más »
Es todo un honor poder colaborar en la revista de la Asociación Cultural Guaraguas de Aguas, pueblo vecino al mío, en su 25 aniversario, con uno de mis poemas. Tanto que se habla de la España vaciada, me parece una preciosa iniciativa que da voz a sus gentes. Mis felicitaciones por sacar adelante esta publicación. Me he tomado la libertad… Leer más »
Toma acomodo el gatito en su paca sofá ajeno a si es Nochebuena o Año Nuevo, aunque algo barrunta por la ración extra, el jolgorio de los amos, las luces led nocturnas y el silencio matinal. Caminante Se hacen camino las pupilas al dar sus primeros pasos sobre los átomos líquidos de la Sierra de Gratal, como las agujas del… Leer más »
Desde la cofa del galeón del altozano contemplar a la niebla levantar su muralla que asedia a la ciudad de Huesca, sin más sillar que el átomo líquido sin más argamasa que la escarcha sin más andamiaje que los labios del sol, que condensan la humedad sobre el lomo de la mansedumbre de la quietud que el bozal de las… Leer más »