Hoy domingo 19 de septiembre me acerqué hasta la ermita de la Virgen del Viñedo en Castilsabás, para dar una vuelta por la Feria de Productos de Proximidad y recorrer los diferentes puestos, admirar como el barro toma forma en las manos del alfarero Abio. Y escuchar alguna de las charlas, como la de Silvia Jiménez Catalá sobre las plantas… Leer más »
Para salir a faenar al campo como a la mar, en primer lugar es necesario mirar al cielo, cuando se barrunta tempestad es preferible permanecer en las cercanías del embarcadero. Hoy tocó echar las redes bajo el almendro cercano y varear con sutileza sin llegar a azotar las nubes plomizas, para recibir solo una lluvia de almendras. Cuando tan solo… Leer más »
Los nidos de barro de las golondrinas se silenciaron con la llegada de septiembre. Las lluvias atronadoras en la noche ya entrada, dibujaron barquitos chiquititos de hojas de higuera, sin más gondolero que la deriva entre las callejuelas del pueblo. Lluvias que ablandaron el corazón endurecido de los átomos de la tierra del campo, que se guarecía del sol bajo… Leer más »
Ayer cuando caminaba por el campo, me detuve a saludar a Z, allí estaba aleccionando a sus compañeras de hormiguero, les explicaba qué a la hora de excavar el túnel de salida, en lugar de arrojar la tierra al exterior y erigir un cono como el cráter del Vesubio, era más ventajoso levantarlo con planta de herradura, por lo de… Leer más »
Cuando tan solo era un niño de seis años, recuerdo que ayudaba a mis padres en la faena de la vendimia. Masticaba la prensa de jaula las brisas de uva, mientras silabeaba con voz metálica clic-clac. Yo quería ayudar y me asía a la barra acerada, a la cual apenas llegaba y me tenía que poner de puntillas, a pesar… Leer más »
Rogelio, en el mes de mayo al alba blanca, trazaba con presteza surcos rectos con la reja acerada tirada por Platero, como si utilizase una plumilla con escuadra y cartabón. Sus vecinos decían que tenía buena traza. El truco, decía Rogelio, era en sacar la puntería, que no tenía más secreto que tomar la Sierra Guara como punto de referencia,… Leer más »
Mastica la azada con sus labios acerados la tierra retira el biombo del surco la patata de piel blanca yace desnuda. Croan en arpegio tres ranas de pupilas rutilantes en la balsa del huerto, en el ribazo la granada coronada reina se sonroja mientras dibuja con escuadra y cartabón su dulce enjambre. El viejo membrillero abre su balsamera, aromatiza la… Leer más »
Dormita el viejo cerrojo como lagartija al sol, bajo sus escamas de forja metálica te observa son sus pupilas de camaleón, con cada parpadeo abre y cierra la damajuana de la fragancia a camomila, a membrillo… josé mariano seral
Silenciosa la tierra de nadie reconquista avanza bajo su yelmo vikingo, como caballo de Troya bajo la dádiva de la mora irrumpe en el ribazo de la huerta. Para los más niños abalorios para confeccionar collares de zarzamoras. José mariano seral
En agosto se terminaba con las faenas de la siega. El trigo ya se hallaba a buen recaudo en el granero. La era quedaba escobada y el trillo recogido de nuevo en el zaguán. El pajar se terminaba de llenar por la ventana en altura, emanando almizcle a mies. El campo daba un respiro en las faenas de labranza. Se… Leer más »
Al atardecer, en lontonanza se escuchaba el repique campanil quedo de las esquilas, como preludio de la llegada del rebaño a la majada. Alguna de las ovejas madres erraba de aprisco y era menester ir a buscarla con el corderito como reclamo, que al escuchar sus balidos, presta acudía al feliz reencuentro. Con las primeras luces del alba blanca, el… Leer más »
Recuerdo que mi padre dedicaba en algunas campañas la mitad del Giscal al cultivo de los alfalces. Por estas fechas, si el tiempo acompañaba se podía hacer un corte, se sentaba sobre las gramíneas del ribazo y clavaba la inclusa en la tierra, dejaba la hoja de la guadaña al sol para que se calentase como la reja en la… Leer más »
Embolsar la dulzura Raíces que mastican bajo el sol estival átomos de salitre, ácidos. En las yemas de sus dedos sarmentosos se tornan en mosto dulce al paladar. Con damajuanas arracimadas de moralejas nos obsequia la naturaleza. José mariano seral
Camino a la orilla de un mar de espigas, la tenue brisa las mece dibujan olas lentas que cascabelean como maracas de orquesta, rompen en el malecón del horizonte añil, salpican pequeñas gotitas latescentes de amarillo sobre el erizón de las crestas de la Sierra Guara. Camino por el rastrojo dorado a la orilla del mar, saltan los grillos a… Leer más »
Con voz cantarina crepita el rastrojo bajo mis huellas ligeras, como castañuelas pulgaretas en manos de Lucero Tena en la Ópera Carmen. Se respira embriagador almizcle a mies en el abrazo de la brisa matinal, como helado caliente en el paladar. Las carreras de garba amarillas paralelas, como cuerdas de una guitarra flamenca tañen su melodía de letra amarilla, con… Leer más »
En un viejo baúl de cedro arrinconado en el desván por el silencio y la fragancia a camomila y membrillo, no solo permanecía mi primera cartera escolar, de cuero rojo, cuarteado por las ruedas dentadas del tictac de las décadas, en él también permanecía el recuerdo del encerado cetrino descascarillado en una esquina por el salitre, del colegio de mi… Leer más »
Asir del surco con las yemas de mis dedos, con delicadeza, ramilletes de vainas esmaltadas en pigmento crema, que cascabelean como maracas de la Topolino Radio Orquesta, interpretando Dos gardenias para ti. Brisa matinal perfumista, con suave almizcle a garbanzo envainado en pequeñitos odres. Dejarlas extendidas bajo los labios almibarados de Vulcano. Crepita la vaina preñada que da el fruto… Leer más »
La humilde azada de labios acerado mastica tierra sazonada con su silabeo de eco metálico. Hebras de barro que cosen la vida con la madre Tierra, como cordón umbilical. Almizcle a especias de Sri Lanka al abrir la damajuana del surco. Esferas envueltas con delicadeza como cristal de cuarzo facetado en papel de celofán lila para regalo. José mariano seral… Leer más »
Acodarse en el alféizar de la ventana con vistas al campo, abrir con delicadeza con la yema de tus dedos la contraventana de su poemario, de ese poeta que siempre te brinda nuevos versos, que desconoce el bloqueo creativo, cuya tinta es la savia que tiñe los pétalos escarlatas acampanados de la granada, su fragancia acentúa su esencia como tilde… Leer más »
Como remeros de trirreme reman al ritmo del cántico de los grillos, en cada parpadeo te acercan a la cumbre de Guara. josé mariano seral
Échame unos terroncitos sobre la línea visual que endulcen el horizonte, no olvides ponerme una nubecita de átomos latescentes. josé mariano seral
La vid con sus labios sarmentosos, insufla al ritmo del tintineo de la lluvia y el tictac del sol, savia en el racimo, como el artesano de cristal soplado, vaho de Vesubio en la damajuana. José mariano seral
Lluvia de junio con su voz atronadora amansa la tierra de corazón endurecido, como la candente fragua la reja, acerada entra en el surco con almizcle a campo recién arado, al mirar atrás las huellas de mi padre de mi abuelo…, sobre la tierra elástica. El olivar siempre obsequioso poético, hoy me recibe con un ramillete de margaritas en el… Leer más »
Como un joyero esférico que abre con ternura sus yemas escarlatas, con la luz del alba que modela como orfebre sobre la hoja de mayo, se despierta sigilosa la flor del granado, como la bailarina que atesora el cofrecillo musical con su tutu de pétalos acampanados. Frente a la “minglanera”, en el ribazo del aljibe del huerto, su pareja de… Leer más »
Cantan jubilosos los grillos como preludio de día caluroso, en el cielo azul las nubes construyen sus efímeros castillos en el aire, como los del no tan niño de átomos de arena en la playa acrisolada. Las “alborzas”, coquetas, en el ribazo del olivar, se pintan con delicadeza los labios con carmín. Las espigas entran y salen en la fragua… Leer más »