Tomar asiento frente a la Alberca de Loreto,
recita el campo su poesía con sigilo
manuscrita en láminas de lluvia retenida
como verbo en verso,
escuchar el jocoso parpar de los ánades entre el carrizal
que besa las aguas con sus labios carmesí,
como preludio de pétalos de almendro.
j. mariano seral