Tararea el colegio con voz de eco de pasillo, sonriente, al ver caer la hoja del calendario del mes de agosto, tal vez con una migaja de sorna: “Triste y sola se queda la escuela…” Echa de menos las conversaciones solapadas unas sobre otras en el recreo, como una torre de Babel … Entre las canastas y las porterías, a… Leer más »
Rogelio, en el mes de mayo al alba blanca, trazaba con presteza surcos rectos con la reja acerada tirada por Platero, como si utilizase una plumilla con escuadra y cartabón. Sus vecinos decían que tenía buena traza. El truco, decía Rogelio, era en sacar la puntería, que no tenía más secreto que tomar la Sierra Guara como punto de referencia,… Leer más »
Cuando tan solo era un niño de seis años, recuerdo que bajaba con mis padres a comprar a Huesca a los comercios que se enclavaban próximos a la plaza de Santo Domingo, y aparcábamos en las calles aledañas. Algunas veces me asomaba por un murete que servía de frontera entre el asfalto de la ciudad y la tierra de huerta…. Leer más »
Mastica la azada con sus labios acerados la tierra retira el biombo del surco la patata de piel blanca yace desnuda. Croan en arpegio tres ranas de pupilas rutilantes en la balsa del huerto, en el ribazo la granada coronada reina se sonroja mientras dibuja con escuadra y cartabón su dulce enjambre. El viejo membrillero abre su balsamera, aromatiza la… Leer más »
Dormita el viejo cerrojo como lagartija al sol, bajo sus escamas de forja metálica te observa son sus pupilas de camaleón, con cada parpadeo abre y cierra la damajuana de la fragancia a camomila, a membrillo… josé mariano seral
Silenciosa la tierra de nadie reconquista avanza bajo su yelmo vikingo, como caballo de Troya bajo la dádiva de la mora irrumpe en el ribazo de la huerta. Para los más niños abalorios para confeccionar collares de zarzamoras. José mariano seral
En agosto se terminaba con las faenas de la siega. El trigo ya se hallaba a buen recaudo en el granero. La era quedaba escobada y el trillo recogido de nuevo en el zaguán. El pajar se terminaba de llenar por la ventana en altura, emanando almizcle a mies. El campo daba un respiro en las faenas de labranza. Se… Leer más »
(Texto inspirado en una foto tomada hoy en una calle del casco de Huesca) Resonó el estrepitoso eco metálico del llamador entre los aperos de labranza que dormitaban en el zaguán, como un trueno en el Cañón de Añisclo que desataba la tormenta. Adelaida bajó renqueante escalón a escalón, apoyándose con la mano derecha en la barandilla de hierro forjado,… Leer más »
Al atardecer, en lontonanza se escuchaba el repique campanil quedo de las esquilas, como preludio de la llegada del rebaño a la majada. Alguna de las ovejas madres erraba de aprisco y era menester ir a buscarla con el corderito como reclamo, que al escuchar sus balidos, presta acudía al feliz reencuentro. Con las primeras luces del alba blanca, el… Leer más »
Trigo en el bolsillo y almizcle a albahaca Cae la semilla en el surco de tierra fértil de la mano encallecida del labrador, la lluvia de abril y el sol de mayo la preñan, con el cántico de los grillos y el aleteo de los pétalos de amapola llega el vals de las espigas, humillan sus testas bajo la candente… Leer más »
Recuerdo que mi padre dedicaba en algunas campañas la mitad del Giscal al cultivo de los alfalces. Por estas fechas, si el tiempo acompañaba se podía hacer un corte, se sentaba sobre las gramíneas del ribazo y clavaba la inclusa en la tierra, dejaba la hoja de la guadaña al sol para que se calentase como la reja en la… Leer más »